Saturday 5 August 2023

Mi primer competencia multiday de Hike&Fly: Prealpi 2023

The planning

From Thursday 20th July we will participate in the Prealpi Tour Hike & Fly race. It's a 210 km route to complete flying and/or walking in 4 days. It starts at Feltre, goes over Monte Grappa, follows the pedemontana ridge, then traverses Valsugana to reach Pale di San Martino, goes west towards Lagorai and back to Feltre.

How is it to be out in the mountains racing for 4 days, flying, hiking and sleeping outside? Well, I have no idea! It will be my first time! My goal is to try to stay in the race for the 4 days in safe conditions and having fun! Not to do anything that I never tried before, but pushing myself to reach my optimal physical and piloting levels.

My team are my sister Mari and her partner Brache, and Thomas a friend from Lyon who will be helping Jérém. It's a first time for everyone so we expect to interact as a big team but each at his pace, and have great fun around these beautiful places.

I hope to live a beautiful experience together with my family and friends and enjoy the mountains as much as I can. We are so lucky to have such a wonderful passion.




Le prime sensazioni subito dopo

Il loco di Eric Rogger mi ha detto che abbiamo imparato in 4 giorni quello che impari in 1 anno... Sicuramente l'intensità di questi 4 giorni è stata equivalente a 1 anno di vita.

Durante la Prealpi 2023 abbiamo vissuto esperienze straordinarie grazie agli organizzatori, ai miei family supporters Mari y Brache che hanno dato tutto senza conoscere la lingua, il parapendio ne le montagne, grazie a Jérém per la fiducia, a Thomas che è venuto dalla Francia ad aiutarci e ai miei amici sparsi per le montagne Leonia e Renato che mi hanno anche aiutato a prendere decisioni. Ho anche conosciuto alla brava di Melina Vinci, noi due le uniche donne in gara.

Incontrare gli altri piloti è stata la sorpresa più grande e bella. Le camminate e decolli insieme a Alberto, Massimo, Enrico, Valerio, Alberto e Massimo. Gli innumerevoli incontri con Flavio e Catia e la nostra avventura sotto la pioggia che fortunatamente ho condiviso con loro!

E poi un'altra sorpresa incredibile, gli incontri con piloti fuori gara che hanno cambiato la mia esperienza come la Rache, Cristiano e Roberta, e tutti quelli che mi inviavano messaggi di supporto come i ragazzi del Club di Vicenza, il Luchino, Patrick, Mati e Maria, il Giulio, il Roby e gli amici patagonici Nieves e Fati.

Quando mi rendevo conto che correvo da sola nel bosco o per strada, pensavo: ma sto correndo come si fosse a vincere e in realtà sono quasi l'ultima. Io credo che uno lo fa per amore allo sport, all'agonismo, per gli amici che ci seguono e si appassionano, e per la bellezza di stare in montagna a solo volare e camminare. Far parte del "gruppo del fondo" della Prealpi è stato spettacolare!

Per me sono state vacanze, le migliore vacanze che potevo avere: passare 4 giorni in montagna senza dover pensare altro che a salire e volare montagne vivendo cose uniche!



El momento más emocionante

Quizás el momento más fuerte que viví en la Prealpi fue el despegue desde la Cima Mandriolo a las 8pm de la noche el 3° día. 

Son las 4 de la tarde, estamos tirados en la plaza de Luserna, el pueblo al inizio del altopiano de Asiago. Caminé 3 horas en subida para llegar hasta acá, después de haber elegido el camino que era más largo pero que me permitía encontrarme con los chicos: mis supporters Mari y Brache. Una estrategia para no pasar todo el día sola. Hacemos un picnic en esta placita con vista panorámica sobre el Valdastico, el valle que sorpresivamente logré sobrevolar y que nos abrió la esperanza de llegar al turnpoint 2. Nos llevó 3 días alcanzar el primero en el Novegno y ahora soñábamos con 2 turnpoints en un mismo día! 

Hacemos cálculos de tiempo de caminata/vuelo y entendemos que no, que alcanzar el turnpoint 2 es una locura, y volar desde ahí, aún más. Pensamos que sería mejor si camino hasta la ruta donde empieza la subida al Mandriolo y ahí ellos me pasan a buscar, nos tomamos un heladito y a casita. Este plan tiene sentido pensando que a la mañana nos levantamos re cansados los tres, con dudas si iba a poder avanzar o iba a tener que volver para atrás, y aceptando que el 3° día es difícil por la acumulación de cansancio y la bajada de motivación. Ajustamos los objetivos a todos estos parámetros.

Empiezo a atravesar el altopiano. Es todo en bajada, corro, voy rápido. Me mando mensajes con Flavio, uno de los competidores que está también en el "grupo del fondo". Ellos están pensando en subir al Mandriolo aunque sea tarde. "Mari y Brache, ya sé que debíamos encontrarnos en un par de horas, pero esto va rápido, me alcanzan una batería externa cargada? Además, les digo, quizás suba al turnpoint 2. Nos vemos en 15 minutos en la ruta."

Los chicos me pasan la batería por la ventana del auto, no quiero parar. Sueño con al menos subir al turnpoint 2. Son las 6.30pm, 1 hora en anticipo de lo que pensaba, subo. Y si subo rápido, me voy a la Cima Mandriolo. "Chicos, subo, no sé si duermo arriba, si bajo o si vuelo. Hablamos después." A las 7.30pm me reciben en el turnpoint 2 el Loan (perrito) corriendo y su dueña la Rachele che me grita enfervorizada, no lo puedo creer. "Rachele, quiero subir a la Cima." Saludo al Jaco, a la Roberta y a otras personas re copadas que me ofrecen para comer y tomar, pero yo no veo nada. Subimos a toda velocidad. A este punto, ya hice 2600 m de desnivel y 31 km de caminata desde la 7 de la mañana, no me siento fresca. No siento nada en realidad, solo focus y convicción. Quiero ver este despegue difícil, quiero tener la oportunidad de despegar. "Rachele te cortaste el pelo. Jérém se vuelve a Francia." Intercambiamos frases desorganizadas. Como otra barrita de cereal para tener azúcar en el cerebro en el caso de que tenga que volar.

La Rachele me grita: "están todavía ahí!" Flavio está en la Cima con su vela preparada para despegar, esperando que se calme el viento. Cristiano también, Cristiano es la persona clave. Cristiano se fijó una misión: hacernos despegar. Nunca vi a Cristiano antes. Le está hablando a Flavio, le dice que con calma, que tenemos tiempo. Son las 7.45pm. Despega Flavio. Cristiano me habla, me dice que con calma. Yo visualizo este despegue difícil, no es un despegue. Es un triángulo estrecho de pasto y piedras orientado oeste. Tengo que correr, controlar la vela y girar a la derecha antes de la cruz, para salir dentro de la conca hacia el norte. Es difícil, las condiciones son buenas. Empiezo a simular el despegue sin la vela para entender si soy capaz de hacerlo y para generar el registro mental de los movimientos. Si, quiero probar, pero me doy la posibilidad de abortar si no me gusta.

Empiezo a correr, siento inesperadamente una tensión fuerte sobre la mano izquierda. Corrijo frenando con la mano derecha mientras sigo corriendo, siento la vela, está conmigo. Me apoyo sobre la ventral, salimos vela mia, salimos!

Estoy volando, no lo puedo creer. La Rachele, el Cristiano, su perro Aaron y la Catia liberan la tensión con gritos de emoción. Estamos todos contentos. Miro para atrás, veo sus siluetas en la Cima Mandriolo, mientras yo sobrevuelo la Valsugana. Estoy cumpliendo el objetivo que me había fijado para esta competencia por razones de distancia y de afecto: llegar a mi querida Valsugana. 

Siento todavía la tensión sobre la mano izquierda, tengo el freno enroscado en el dedo gordo! Resuelvo y le mando un audio a Mari y a Brache: "chicos, despegué. Si Juli increíble, te estamos siguiendo". Mari y Brache me habían estado siguiendo todo el recorrido a pie, vieron a Flavio esperar y despegar y me vieron a mí subir con todas mis fuerzas y despegar, ellos están conmigo.

Aterrizo en un campo donde ya había aterrizado haciendo un volbivouac con Jérém. Un segundo después, a las 8.30pm, estamos con Mari y Brache, los tres sentados en el piso compartiendo esta locura, desde el picnic en Luserna hasta el despegue inesperado. Nunca había querido decirles a ellos cuál era mi objetivo, para no ponerles presión y poder vivir la experiencia lo más relajados posible. Les confieso: "chicos, cumplimos el objetivo, llegar a la Valsugana".





Mi equipo

Es obligatorio tener al menos un supporter que te sigue cuando te anotás en una competencia de Hike&Fly de varios días. Yo, sin embargo, no había conseguido a nadie que me acompañe durante los 4 días llevándome el agua, la comida y la carpa, y siguiendo mis pasos para asistirme. Pero la vida me regalo a los mejores supporters que podía imaginar: mi hermana Marina y su pareja Brache.

Tengo 3 hermanos, mi hermano Franco con quién crecimos jugando y peleando, y mis dos hermanitas Marina y Tina, a quienes ví crecer de chiquitas y que me acompañaron en cada momento de mi juventud.
El plan de Marina de venir a Alemania con una beca quedó sepultado bajo las pisadas del COVID. "No te preocupes, vas a tener otras oportunidades de venir a Europa Mari". Este año Marina y Brache, se vinieron a Europa, a Trento, a Villazzano. "Ciao, ci vediamo domani, siamo argentini", son algunas de las frases que aprendieron los primeros días, mientras probaban por primera vez trekking, escalada y parapente.

"Chicos, aceptan ser mis supporters para la competencia?". Ya está, estamos embarcados en la aventura!
Supporters que no hablan italiano, nunca vieron las montañas, vieron un parapente una sola vez en sus vidas. Todo por aprender! 

Les llevó 10 minutos entender como seguirme y encontrarme cuando yo aterrizaba o estaba caminando. Se preocuparon por mí en cada momento: agua, banana, baño? Ni yo había pensado en ir al baño! Estos chicos dejaron sus preocupaciones de lado por 4 días para ayudarme en una aventura que ni yo sabía como iba a vivir. Nunca les expliqué nada preciso, fuimos construyendo la historia juntos.

Incluso si llegaban "tarde" a un despegue, su amor y energía radiante eran suficientes para sentirme plena. Me llevaron a dormir a un airbnb inesperadamente, me ayudaron a armar la carpa y a hacer fideos bajo la lluvia, se levantaron cada día a las 6 de la mañana conmigo para llevarme a mi último punto. Y el último día ya miraban la meteorología, me ayudaban a decidir de dónde despegar y me asistían en las estrategias como expertos!

Además, amigos alrededor de estas montañas me seguían y me daban sus consejos para que yo pueda seguir adelante, una ayuda que nunca había imaginado. Un equipo comunitario!

Jamás hubiese pensado en supporters así para vivir una experiencia así. Las montañas, el parapente, mis amigos, mi familia, 4 días soñados!










El miedo al itinerario

210 km, 7 turnpoints, 4 dias. Podrá mi cuerpo hacer algo así? Estoy entrenada físicamente para esto? Y mentalmente? Sabré gestionar la combinación del cansancio con la toma de riesgo?

Todos tenemos miedo frente a las cosas nuevas. Miedo que se transforma en ansiedad, en "grinta", cuando de verdad querés enfrentarlo. Así estaba yo, muerta de ansiedad de empezar esta competencia. Completar el itinerario? No, está fuera de mis posibilidades técnicas de vuelo. Mi objetivo, teniendo en cuenta la distancia a recorrer volando o caminando, adaptado a mis capacidades pero siendo de todas maneras desafiante: llegar a la Valsugana. Ya, pasar por 2 turnpoints y medio, me parecía inalcanzable. 

El primer vuelo fue mejor de lo que imaginaba, pasé la primera cresta adelante del despegue y evité aterrizar en un vallecito lleno de viento canalizado. Estoy alta, tengo potencial de vuelo, pero una mala decisión me lleva a aterrizar después de 30 minutos de vuelo. Siento frustración, pero no más que la de un dia normal de vuelo. 

Una secuencia de subidas de más de 1000 m de desnivel combinadas con un vuelo balístico repetidas dos veces al dia, me permitieron cumplir mi objetivo y más. Errores? De estrategia, infinitos. Técnicos? Uno, y feo. Tuve el peor aterrizaje de mi vida al fondo de las colinas de la Lusiana. Desde arriba ví solo una cancha de fútbol enrejada, que me pareció óptima teniendo en cuenta el resto de los campos y que tengo una larga tradición de aterrizajes en canchas de fútbol. "Estoy un poco alta, no llego a aterrizar antes del alambrado, freno al máximo, stall.". Caí desde unos metros, sentada sobre la espuma protectora y con las piernas adentro del arnés, saltaron los anteojos y el casco se corrió. Me impresionó bastante porque es algo que nunca había hecho, pero no tuvo consecuencias. Razoné después con tiempo que dentro de la complejidad y rapidez de la situación, mi gesto fue adecuado y sin violencia.

Por otro lado, el 3° día pude despegar sin inconvenientes de un despegue técnico a las 8pm de la noche y bajo cansancio acumulado. O sea que logré focalizarme. En conclusión, creo que una experiencia así nos llena de experiencias enriquecedoras y de autoconocimiento. Espero poder siempre estar del safe side.

En los 4 dias logré recorrer en total 10300 D+ / 116 km a pie y 68 km / 4 h de vuelo.

Dia

Pie

Vuelo

1

2800m D+ / 31 km

18 km / 1h

2

2400 m D+ / 31 km

15 km / 1h

3

3000 m D+ / 34 km

23 km / 1h

4

2100 m D+ / 20 km

12 km / 1h


El cuerpo puede más de lo que imaginamos, y la mente, aún más. Nunca había recorrido un itinerario tan largo, con tanta intensidad y non-stop desde las 7am hasta las 9pm. No sabía que mi cuerpo podía hacerlo. Pero, sinceramente, fue todo muy natural. Me sentí "en casa" planificando, mirando mapas, analizando la meteorología, tomando decisiones constantemente. El terreno montañoso, la forma de las nubes, los pueblos, los animalitos del bosque, las noches en carpa, la búsqueda de agua desesperada, el olor a pinos, los músculos lentos, el aburrimiento después de 6 horas de caminata, la alegría de ver un parapente en el aire, son todos elementos familiares que forman parte de mi vida cotidiana. 
Caminar-caminar-caminar-despegar-pilotear-aterrizar, es una secuencia que conozco bien, es mi casa, es lo que amo.

El miedo al itinerario se convirtió en confianza plena en lo que sé hacer. Con un objetivo adaptado y un buen equilibro entre ambición y satisfacción, la Prealpi fue una competencia de un nivel excesivamente alto para mi, pero en la cual pude competir a mi nivel.








2da de 2 mujeres es ganar?

Este es un tema muy sensible para mí. Por qué?  Porque representa la fina línea entre mi deseo de eliminar la categoría "mujer" versus acompañar a las mujeres que quieren entrar en el mundo de la montaña.

Siempre quise ser un hombre porque el universo de los hombres me parecía más divertido que el de las mujeres. Quería jugar al fútbol con los chicos, no quería hacer "cosas de nena". Sin embargo, tenía miedo que me llamen "la varonera". En vez de meterme en el partidito, esperaba que los chicos me invitaran a jugar porque yo era buena, así tenía una excusa y nadie descubría que era en realidad lo que yo prefería. Sentía que pertenecía al "mundo de los varones" pero no lo podía manifestar.

Mi paso por el hockey sobre césped, un deporte que en Argentina se identificaba mayormente con (jugadoras) mujeres (aunque generalmente entrenadores hombres), calmó esta controversia interna. 

Hoy mi vida se desarrolla en la montaña, un territorio que parecería sin género pero que sin embargo está asociado al hombre, mucho más en Italia que en Francia según mi experiencia. Y el parapente es mayormente practicado por hombres. 
A mí no me gusta hablar de mujeres y de hombres, a mi me gusta hablar de montañistas, atletas, pilotos, amantes de las montañas. 

Cuando llegué a Trento, fui poco a poco participando de pequeñas competencias de parapente, porque fue en esta comunidad dónde encontré a personas con las mismas motivaciones que yo, aún si competir en montaña nunca fue mi objetivo. En estas competencias locales conocí a pilotos que quieren aprender, volar en lugares nuevos, y sobretodo caminar y volar. Descubrí que participar de estos circuitos entre amigos les permite justamente divertirse juntos en montañas nuevas en un ambiente sano. Y entonces empecé a participar de vez en cuando.

La categorías sirven para identificar grupos de competidores diferentes. Y esto ya me hace ruido. Quizás en muchos deportes físicos, la diferencia entre el nivel físico máximo de una mujer no llega nunca al nivel máximo de un hombre, por cuestiones genéticas. Pero en parapente, y en un contexto amateur, los niveles de performance son semejantes. Entonces, por qué separar categorías hombre y mujer? Es para recompensar a las mujeres que lograron entrar en un mundo de hombres o recompensarlas porque aunque "tienen miedo" vuelan igual? Es para "mimarlas" porque a las mujeres les gusta sentirse "mimadas"? O es para premiarlas por su logro en la competencia? Según mi experiencia, la respuesta no es tan clara. La primera vez en un podio recibí un completo set de cremas. Los hombres del podio habían recibido objetos relacionados al parapente, así que los premios no eran los mismos. Por qué al primer hombre le dieron una silla de parapente y a la primer mujer un set de cremas? Si yo me inscribí en una competencia de parapente, y gané, no debería ser premiada con un objeto relacionado a la actividad como fue para el hombre? Por qué presuponer que las atletas femeninas se sentirían recompensadas con un premio así? Y por qué los hombres no tendrían la posibilidad de recibir el set de cremas? Esta experiencia tuvo un gran impacto en mí. Sentí vergüenza en ese podio recibiendo las cremas. Lo sentí casi como una humillación. Intercambiando mails con el organizador, me explicó que era para brindarles atención y consideración a las mujeres. Este argumento no me reconfortó pero lo respeté.

A partir de esta experiencia empecé a sentir un gran deseo de que la categoría femenina no exista, porque somos ante todo atletas y pilotos, no somos hombres y mujeres. Y si una mujer realiza una buena performance, tendrá su lugar en el podio general y listo. De todas maneras, en general somos como máximo 3 mujeres en las competencias, lo que resulta en que todas estemos en el podio, entonces estar en el podio femenino es realmente ganar? No es ridículo hacer una categoría para 2/3 competidores?

Melina y yo fuimos las 2 únicas mujeres de la Prealpi este año, lo cuál no fue una gran sorpresa. Ella, una piloto experta y con al menos una competencia de este tipo en su historial. Yo, una amante de la montaña que quería probar una experiencia así, sobretodo porque quizás este es mi último año en mis montañitas de Trento.
Recibimos premios relacionados con el parapente, al igual que la categoría masculina, fuimos respetadas y no hubo ningún signo de menosprecio. 

Mi hermana Marina, Brache, Jérém y amigos me dicen que es importante que exista el podio femenino para dar visibilidad a la mujer en este deporte identificado con el hombre. Para que otras chicas que también aman el parapente se sientan representadas y quizás impulsadas a participar, y sientan que pueden hacer lo que les gusta, como me pasó a mi cuando quería jugar el partidito de fútbol. También, aunque hayamos sido solo 2, somos las que nos anotamos, participamos y llegamos al final de la competencia de un grupo de ciento de mujeres pilotos, como si nos hubiésemos ganado esas dos posiciones.

Yo no tengo clara todavía mi opinión, estoy escuchando y aprendiendo, y sobretodo acomodando las ideas que adquirí y desarrollé durante mi niñez y adolescencia.

Yo no sé si salir 2da de 2 mujeres es ganar, pero durante el momento efímero del podio de la Prealpi sentí reconocimiento por el esfuerzo, el mismo esfuerzo que hicimos todos los participantes, y por el cuál fuimos todos premiados, gesto que me encantó.