Tuesday 17 February 2015

Son las 8 de la mañana

y le enseño a mi cerebro que hoy tenemos un nuevo dia.
Quizás el sol me avisa, aunque las nubes lo impidan, que ya no es ayer, que ahora es hoy y que mañana no va a ser más.
Son las 8 y dos minutos y la naranja ya no es naranja en mi estómago. La banana sufre la misma suerte y no puede ocultar su miedo ante mi.
Son las 8 y cinco minutos y miro mi bici para asegurarme que no esté pinchada. Y si lo estuviera, qué haría? Acaso la miro con insistencia para lograr algún día agujerearla? y entonces: una nueva situación para resolver...Ya estoy intentando resolver esa situación o lo voy a hacer cuando ocurra?
Son las 8 y siete minutos y me hago muchas preguntas...
En 37 minutos me voy a trabajar, porque son las 8 y ocho minutos. Agarro la bici, me pongo el casco, pienso que debería levantarle el asiento unos centímetros más, subo la escalera, tomo la subida a pie y me monto. Pedaleo con fuerza porque la dejé en un cambio alto cuando llegué ayer y tomé la bajada. Bajo el cambio y respiro. Ruedo.
Son las 8 y 10 minutos y escribo este texto pensando en que trabajo en un hotel y es muy raro, no? Trabajo en un hotel, hago las camas, recibo a los huéspedes. Son cinco horas cada mañana donde me pregunto qué estoy haciendo... excepto que esté muy apurada y no tenga lugar mental para preguntas. Cinco horas a la mañana que comparto con Tara, irlandesa, Mary Jane, filipina y Gisela (sí, argentina). Taiwan, India, Estados Unidos, huéspedes de diversos orígenes.
Son las 8 y trece minutos y me recuerda que el hotel, Earnslaw Lodge no tiene habitación número 13, y más aún, ningún hotel tiene porque sería terrible para toda la sociedad.
Siguen siendo las 8 y trece minutos y me alegro porque hoy doy clases de francés. Francés a través del inglés a una chica inglesa, algo muy nuevo para mi, para mi conciencia. Hoy vamos a aprender y estudiar los verbos être y avoir, los países, nacionalidades y números del 1 al 60 (del sesenta para arriba cambian las cosas), cantar una canción y hacer juegos para practicar.
Son las 8 y quince minutos y tengo en mente preparar las clases de hockey para los chicos de mañana y de acrobacia para los chicos del viernes. Es real? si. Me siento feliz.
Son las 8 y diecisiete y extraño a mis amigos. Estoy sentada en un sillón cuyo respaldar está muy lejos y no puedo apoyarme, sobre el sillón hay ropa que dejó Julien antes de dejar la casa para irse a Asia. Si miro a la izquierda, atravesando la ventana manchada, veo el lago Wakatipu y montañas. A mi derecha la cocina que tiene una canilla que tira gotas muy de vez en cuando. Las ventanas de la cocina las limpié ayer.
Son las 8 y veinte y mi mamá me mandó una tarjeta virtual que dice que si elegís un trabajo que te apasiona, no tenés que trabajar nunca más...Ya lo sabemos...
Son las 8 y veintidos minutos y dudo de cómo conjugar el verbo elegir, siempre me pasa lo mismo.
Son las 8 y veintitrés minutos y voy a lavar la taza y guardar la mermelada para vivir mi dia de HOY.

Monday 2 February 2015

Subtítulos

Nos asentamos en nuestra primera casa después de dos meses de casa móvil, estoy contenta.

Limpiamos el techo y cocinamos fideos. Comiendo los fideos con salsa regalada por el checo de la casa, sentados en la mesa que se enfrenta al televisor, miramos el origen geológico de Sidney por Nat Geo.

Los subtítulos nunca aparecieron.